Reflexión sobre el perdón y la inocencia
Vivo envuelto en un sueño, un sueño de la consciencia. Este sueño se inicia al creer que estoy desconectado del Ser. El sueño me hace creer en un cuerpo, en una identidad que inventé que se llama a si misma Ego, Yo, que no es real. Esto crea una división de voluntad y de rumbo. Una parte de mi mente que se quiere liberar y otra que quiere continuar soñando, dividiendo mi vida en interior y exterior, o una parte que está atenta y otra distraída. La dualidad.
Al darme cuenta de este sueño, Maya, la fuerza de la ilusión, el espejismo, como le llaman en la India, empiezo a observar el mundo exterior como si fuera una película proyectada por el ego. En algún momento me quedo hipnotizado y me identifico con la película. Otros momentos, cuando estoy más centrado en mi atención interior, en la Presencia del Ser, veo el “sueño de la consciencia” para poder deshacer toda la fuerza de la consciencia que está atrapada en él. Observando el sueño desde la Paz, la Calma interior, se produce el milagro de corregir el error de la percepción que distorsiona la verdadera visión de la vida.
Al creer que estoy desconectado de la Mente Universal algo en mi mente errónea, mi ego, me hace creer que hago algo malo y creo la culpabilidad de mis acciones, pensamientos, emociones. Creo, así de este modo ,el miedo a ser castigado porque el castigo me hace sentir sufrimiento porque fuerza mi forma natural de ser. Entonces empiezo a defender lo falso en mi y protegerme en el miedo en el resentimiento, en el enfado, en la frustración, en la tristeza, en la violencia, en la maldad dando más fuerza y peso al sueño de la consciencia.
Yo tengo la voluntad de poder elegir, de poder corregir lo que es erróneo en mi sueño y hacerlo feliz. Para poder liberarme del peso del sueño voy a utilizar un instrumento que me va a procurar melodías celestiales mientras me hace regresar a mi verdadero hogar, del cual en realidad nunca salí: la fuerza del Perdón.
Perdón significa pasar por alto algo que es erróneo, no dar valor al ilusorio ataque y existencia del ego.
Como dice el libro Un Curso de Milagros:”perdón es retirar las proyecciones que pones sobre el otro”. Nos sigue diciendo:”Dios no perdona porque jamas ha condenado.Los que están libres de culpa no puede culpar, y aquellos que han aceptado su inocencia no ven nada que tengan que perdonar. Con todo, el perdón es el medio por el cual reconoceré mi inocencia. Es el reflejo del Amor de Dios en la Tierra. Y me llevará tan cerca del cielo que el Amor de Dios podrá tenderme la mano y elevarme hasta Él”.
Ahora enfoco mi pensamiento en las películas mentales de las escenas que he vivido hoy. En aquellas escenas donde he podido sentir desánimo, impaciencia, miedo, enfado, frustración. Voy a evocar una de estas escenas. Recuerdo la escena detalladamente. Las personas que estaban en ese momento, el lugar, los colores, los aromas, olores, sobretodo las sensaciones corporales. En que parte del cuerpo he sentido tensiones, contracciones musculares desagradables, la respiración se ha alterado.
Entonces empiezo a deshacer este sueño dándome cuenta de que es una ilusión, volviendo a la respiración naturalmente profunda, el sueño no es real, pues el cuerpo y el ego nunca fueron reales. Suelto y dejo ir. Lo entrego al Ser.Me perdono por haber olvidado mi realidad. Bendigo aquella situación donde me reconozco ser quien soy.
Perdono y me deshago del resentimiento, del miedo y de lo que sea al darme cuenta que es un reflejo irreal sobre el espejo exterior. Porque siempre fui inocente. Nunca hubo pecado.
Imagen por imagen, día por día. Voy perdonando al mundo y dejando de querer cambiar lo que es perfecto así como es. Me hago consciente de ser uno con la Mente Universal de la que nunca me he separado y le entrego todo este sueño para que me libere de este espejismo .El perdón es la fuerza que me ofrece el poder más grande de la Mente Universal para llevarme de regreso a La Paz.
Jos Gayá