Estados de transición y espacio entre vidas.

Lo que llamamos muerte, es una modificación del estado de consciencia por el que pasamos al final del periodo en que nuestro cuerpo está conectado a la mente y el alma (supra consciencia). Muchos autores, entre los que destacamos al Dr. Raymond Moody, la Dra. Elizabeth Kübler-Ross, Dr Brian Weiss, Dr. Michael Newton, Sogyal Rimpoche, Robert Monroe, el ingeniero Emilio Carrillo han investigado durante décadas el fenómeno de la transición a la vida después de la muerte o le podemos llamar vida después de la vida.

Las experiencias cercanas a la muerte (near death experiencies) , ocurren muy a menudo a todo tipo de persona en las que se narra la existencia de un túnel, al final del cual se vislumbra una luz resplandeciente y el encuentro con un espacio etérico donde todo es paz, felicidad, empatía y bienestar donde el alma es acogida amorosamente por seres luminosos. Durante toda la vida tenemos miedo a la muerte por falta del conocimiento de si mismos y lo que somos. La impermanencia es la ley natural que hace que todo cambie. Nuestro cuerpo no tiene una constitución estable por lo que desde el momento del nacimiento ya empieza su proceso de entropía y disolución paulatina de su forma.

Muchos seres humanos, durante la vida se han ido cultivando en conocer cada uno de los estados de consciencia que atraviesan en cada momento lo que facilitará su proceso de transición al haber ya descargado estratos mentales que obstaculizaban la visión clara de todo el proceso de la Vida.

En antiguas culturas, la tibetana, la egipcia y otras muchas se ha estudiado e investigado de forma práctica el fenómeno de la transición de la consciencia. En la tibetana, a este fenómeno se le llama Phowa, transferencia de consciencia, hecho en el que muchos monjes tibetanos se ejercitan durante toda la vida basándose en las enseñanzas del Bardo Thödol, escrito por Padmasambhava, donde se encuentran las instrucciones del recorrido de las almas después de la transición y su estado en el espacio entre vidas hasta tomar nuevamente un cuerpo para seguir con su experiencia humana en la que se acumula la riqueza de experiencia que termina en la liberación final de todos los estadios de la ilusión dualista e integrando con la Consciencia Cósmica.

Jos Gayá